Danzantes de Gañil misticismo y tradición de Saraguro

Claro está que el cantón Saraguro es rico en todo, cultura, gastronomía, destinos y atractivos turísticos; pero también las danzas de este pueblo guardan una riqueza inmensa.

Aunque esta jurisdicción cuenta con una serie de increíblemente diversas danzas, en esta ocasión nos referiremos particularmente a los famosos Danzantes de Gañil, su nombre proviene precisamente porque se originaron en la comunidad con dicho nombre, perteneciente a la parroquia Paraíso de Celén, de acuerdo con la tradición la imagen de Santa Rosa de Lima apareció en esta comunidad indígena y de allí surgió la devoción hace aproximadamente 80 años, por lo que la festividad es una representación material de una profunda inspiración religiosa, en honor a la Santa. La fiesta es organizada con un mes de anticipación por el sacerdote, el presidente de la comunidad, el teniente político y el prioste, pero participa toda la población.

La costumbre se conserva con fidelidad y se desarrolla cada 29 y 30 agosto, se realiza misa y procesión: Hoy en día estos actos se llevan a cabo en la capilla del barrio Gañil y frente a la misma, se integran priostes, mayordomos, muñidoras, maestro guiador y devotos rociando flores a la imagen, según cuentan los pobladores la velan y le rezan para que llueva, asegurando que la patrona castiga si no se cree en ella.

Sin embargo, la celebración no estaría completa sin la presentación de los Danzantes que se caracterizan por su particular forma de vestir con atuendos de colores, siete pañuelos, cintas, zamarro, espejos, cascabeles ajustados a las rodillas, alas de cintas multicolores, una cabeza elaborada a base de cuero de ganado y en sus manos un pequeño tambor con el que entonan sonido al ritmo de los cascabeles, que se complementa con la melodía del pífano, que es una especie de flauta, con la que los cuatro danzantes ejecutan diversas coreografías, siendo 12 las canciones o ritmos entonados.

Los bailes y atuendo de los danzantes se heredan, es decir los padres no solo dejan el saber ancestral sino los símbolos, los atuendos, los componentes de los personajes. Sobre una camisa normal, el danzante usa siete pañuelos. Esa es la costumbre, por lo tanto, no se pueden dejar a ninguno sin usar, es lo que señaló Ángel Macas, músico y morador de la comunidad, agrega que cada pañuelo tiene un color diferente. El pañuelo rojo con bolitas blancas, ese es de seda; del mismo color, pero con otros motivos es el pañuelo de la cabeza. Hay otro que se pone en el pecho y es de color verde con flores amarillas y rojas. Sobre éste está el espejo que cuelga del cuello. Un cuarto pañuelo es rojo con azul, hay otro que es azul con verde, no falta el amarillo y el que se pone en el cuello que puede ser azul, rojo, verde; todos los pañuelos tienen motivos de flores y se amarran sobre el delantal, que es una prenda parecida a un vestido.

A parte de esto los hombres llevan una prenda interna que se denomina justán, una especie de pantalón blanco que se ajusta a las pantorrillas, a la altura de donde se atarán los cascabeles, esos instrumentos sonoros metálicos que lleva todo danzante y son los que marcan el ritmo gracias a la percusión de unos caracoles metálicos. Las alas no son alas, es como una capa multicolor hecha con fajas y cintas. Esa capa de “alas” coloradas que le dan la identidad al danzante. En el traje es lo que más sobresale. Son muchas cintas más de cincuenta quizá. Cuando el danzante se da la media vuelta, las cintas y fajas delgadas flamean con el viento.

Son dos días para danzar, el primer día, el 29 de agosto, a las cuatro de la mañana empieza el ritual. Bailan a esa hora para hacer el recorrido por las casas de las muñidoras y así avanzar a la misa de las vísperas, que es una celebración esencial en honor a la patrona.

Los danzantes sólo pueden ser hombres y únicamente deben ser cuatro. Dos bailan adelante y dos atrás, siempre al ritmo del pífano o pijuano y el tambor. Cada paso es una forma de ovación a la santa, es como un rezo para pedir a Dios y María por medio de Santa Rosa de Lima por la salud y trabajo.  Dice Ángel Macas.

En Saraguro las danzas tradicionales son una expresión artística cultural que permite a las personas reafirmar y compartir su identidad con el mundo, nuestra jurisdicción tiene eventos inigualables que son parte del catálogo de productos turísticos culturales y que además queremos que sean ampliamente conocidos, señaló Andrés Muñoz, alcalde.

Música, danzas, rezos, rituales, colores, olores, sabores. El folclor de este Pueblo Mágico enriquece y estimula los sentidos, es la esencia de su personalidad. En cada rincón de esta tierra existe un buen motivo para celebrar y visitarla.

 

 

 

 

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